Este documento presenta una visión personal del autor respecto de cómo debe plantearse el trabajo de un proyecto fin de carrera, haciendo especial hincapié en la redacción de la memoria y la presentación final.Se orienta especialmente a proyectos de tipo software.
El proyecto fin de carrera no es un proyecto de ingeniería en el sentido estricto de la palabra: no hay un incentivo económico inmediato. Esto permite introducir tareas de tipo formativo o de aprendizaje que, no obtante, deben evaluarse cuidadosamente.
El tema objeto del proyecto no requiere más originalidad que la de no esté copiado sino que refleje un trabajo propio del autor. Un error harto habitual es sugerir "temas abiertos" cuyo desarrollo se decide sobre la marcha. A veces incluso se confunde un proyecto fin de carrera con una [mini--]tesis doctoral (donde los criterios de originalidad científica sí son esenciales).
En un proyecto fin de carrera es todavía más importante el "¿cómo?" que el "¿qué?". El alumno debe tener muy claro qué está haciendo y por qué lo hace como lo hace. Tanto si el elige y decide, como si lo hace su tutor por él, el alumno debe comprender perfectamente todas y cada una de las decisiones y ser capaz de explicarlas.
Partes esenciales del proyecto son la memoria y la presentación final, de las que va a depender fuertemente la nota que alcance. La comunicación del proceso de desarrollo del proyecto y el convencimiento del tribunal que lo evalue son elementos esenciales de valoración.
Un ingeniero incapaz de convencer a un auditorio de la valía de su trabajo es un ingeniero inútil.
Típicamente constará de unas 5 paginas, cubriendo los siguientes puntos:
La extensión de la memoria depende de muchos factores, incluidos el tema concreto del proyecto y las habilidades literarias del autor. No obstante, un objetivo razonable es proponerse una extensión alrededor de las 150 páginas, todo incluido. Es usualmente difícil justificar una extensión superior a las 200 páginas, amén de la ardua labor que supone mantener un nivel de coherencia y calidad aceptable en algo más extenso. Por otra parte, meterlo todo en menos de 100 páginas suele requerir una capacidad de síntesis fuera de lo común.
En proyectos que incluyen programas es preferible mantener estos al margen del ejemplar oficial de la memoria. Basta un listado encuadernado de forma económica (gusanillo o similar). Este ejemplar estará a disposición de los miembros del tribunal que deseen consultarlo, punto poco habitual. Suele ser muy de agradecer la provisión de los programas en soporte informático: diskette, streamer, ...
La memoria consta de una serie de partes de caracter obligatorio
Conviene plantearse esta parte pensando en otro ingeniero de capacidad y formación semejante al proyectista, que se encuentra años más tarde en la tesitura de modificar el trabajo hoy realizado. Este hipotético sujeto de la fase de mantenimiento no es tonto, no necesita que le expliquen lo que puede leer en el listado de los programas. Lo que necesita es que le pongan encima de la mesa un plano para que sepa dónde y qué buscar, así como explicaciones de aquellos puntos del programa que no son obvios.
Las pruebas en sí no se incluyen, aplicándose los criterios arriba mencionados referentes a listados.
Hay que destacar los aspectos originales o más creativos.
Dado el caracter académico del proyecto (punto que no se aplicaría en un proyecto real, probablemente), cabe reseñar los aspectos negativos: objetivos incumplidos o dificultades inesperadas o subvaloradas en el anterproyecto.
Por último cabe una parte dedicada a futuras prolongaciones del proyecto: "¿qué más haría si hubiera más tiempo?"
Como su nombre parace indicar, puede ser una recopilación gráfica (tablas, esquemas, dibujos, diagramas, ...) de la arquitectura del sistema, estructuras de datos, ...
El proyectando debe identificar alrededor de una docena de taréas significativas de la ejecución de su proyecto. No tienen por qué ser taréas desarrolladas secuencialmente. Lo ideal es que a lo largo del desarrollo el alumno haya llevado un cuaderno de laboratorio donde ha ido apuntando taréas realizadas y tiempo dedicado. Al final, se agrupan estas taréas detalladas en una docena de grupos genéricos y se acumulan los tiempos parciales.
El número de taréas a identificar estará entre 10 y 20.
El esfuerzo requerido por cada taréa se evaluará en días-hombre, sobre los supuestos de
Con estos datos se proporcionará un diagrama temporal que muestre la distribución aproximada del esfuerzo dedicado a cada taréa a lo largo del tiempo real de ejecución del proyecto. Pictóricamente esta diagrama presenta en un eje el curso del tiempo, mientras que el otro eje es un listado de taréas. Para cada taréa una barra muestra los periodos en que estuvo activa.
Para cada taréa de identificará el nivel de cualificación profesional requerido
Para obtener una valoración económica global, multiplíquese el tiempo dedicado a cada taréa por el salario asociado al tipo de profesional requerido en cada una. El número final representa los costes de personal de desarrollo del proyecto. Realmente, a estas alturas, tiene escasa importancia.
Para el alumno la presentación supone un reto no muy diferente de la realidad posterior de su vida profesional donde se le va a exigir una capacidad de motivación, sintesis y eficacia en la exposición de su trabajo.
Para el alumno, la presentación son unos 20 minutos de los que no sobra un segundo de tiempo, y menos de una docena de transparencias que deben sintetizar todo su trabajo, metérselo por los ojos al tribunal, y conseguir convencerle para una valoración muy positiva.
La primera transparencia se limita a recoger el título del proyecto y nombre del autor. Todo su papel es estar expuesta mientras el público se sienta y se hacen las introducciones formales.
A continuación se exponen los objetivos del proyecto.
El núcleo central de transparencias se dedica a exponer la arquitectura del sistema, organización en módulos, estructuras de datos notables, desarrollos algorítmicos de los que el alumno está especialmente orgulloso. Hay que convencer al auditorio de
No basta trabajar mucho, es más, conviene trabajar lo menos posible; pero bien. Por ello es importante convencer al auditorio de la solidez del plan de pruebas aplicado, su volumen y su organización. Hay que hacer una valoración global.
Las transparencias no deben contener jamás parrafadas: para el desarrollo verbal esta el expositor.
Las transparencias deben primar aspectos gráficos que condensen y estructuren la información: gráficos, tablas, esquemas, ...
No obstante, las palabras esenciales (conclusiones parciales) de cada transparencia deben estar escritas. Es fácil que el auditorio pierda alguna frase el expositor, mientras que es muy improbable que no lea una palabra al pie de la transparencia.
La penúltima transparencia recoge el cuadro de taréas más significativas y su cuantificación en días-hombre.
La última transparencia recoge las conclusiones
El auditorio debe terminar con la sensación de que "ha valido la pena estar en esta presentación", ergo "este proyecto es de los que sí se merecen la matrícula de honor: un 10".