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Archivo de la categoría "* MISCELÁNEA"

Difusión de STIC, mediante el uso de los dos libros aquí citados

Lunes, 20 de Mayo de 2013

Durante muchos años, personalmente (FSV) he creado numerosas propuestas originales de conceptos teóricos significativos, funcionalmente explicados, denominados con terminología original y llamativa, para el área interdisciplinar y compleja de sociotecnología de la información, hasta llegar al nivel denominado STIC (SocioTecnología de la Información y Cultura).

Los últimos documentos relacionados con STIC son el libro de FSV Cultura y Tecnología en el Nuevo Entorno Tecnosocial   editado en marzo de 2011 por Fundetel, y el libro-tesis  Argumentación didáctica de una innovadora cultura socioinfotecnológica.  Este libro contiene la extensa tesis doctoral de A. Fumero, dirigida por FSV, que la complementó escribiendo un prólogo y un Anexo con numerosos textos relacionados con los temas de la tesis.  El primero de estos dos libros se utilizó en julio de 2011 como texto del curso  “STIC (Socio-Tecnología de la Información y Cultura), un área innovadora de conocimiento interdisciplinar”, en el Curso de Verano de la Universidad Politécnica de Madrid. Y el segundo libro, algo novedoso para facilitar la difusión de una tesis, editado en formato pdf en marzo de 2013, pretendemos que sea colgado en alguna página web de Internet.

La intención práctica de difusión educativa de la STIC, con la idea de que se pueda precisar más y aplicar para crear usos positivos de diferentes aplicaciones humanas y sociales, es un deseo irrenunciable de FSV relacionado con el interés de verificar que algunos conceptos de su extensa, aunque poco reconocida aportación, se lleguen a aceptar inicialmente por algunos infoingenieros (hoy día  muy tecnológicamente especializados) como ideas relacionables con diversos sectores de la históricamente llamada Coevolución Humanidad-Tecnología, cuya actualidad real hoy día depende de que vivimos en una era  CDIC      (Compleja, Digital y de Inmensidad de Conocimientos). En relación con esa coevolución, como nosotros nos ocupamos de la tecnología de la información (infotecnología) citamos que ésta transforma importantes funciones sociales y culturales, algo que está ilustrado en el gráfico de la portada del libro-tesis. Entre los escritos acerca de intentar organizar con otros ingenieros o técnicos una difusión educativa de nuestros conceptos teóricos STIC podemos citar uno titulado Iniciativa de proyecto para diseñar y potenciar un movimiento de investigación y desarrollo sobre STIC con vistas a su difusión educativa en varios niveles.

Lo que consideramos importante es la  difusión de conceptos del área interdisciplinar y compleja  STIC, para que infoingenieros preparados educativamente en esos conceptos puedan profundizar o transformar prácticamente algunos de ellos en relación con componentes de su especialidad para ciertos usos sociales y humanos, algo que podrían hacer desarrollándolos con especialistas de áreas no técnicas sino sociales, utilizando nuestro modelo H x I x O = IO. El diseño y producción de instrumentos infotecnológicos, complejos para usuarios no técnicos (instrumentos TVIC), han sido acogidos positivamente por niños y jóvenes produciendo en ellos un nuevo tipo de inteligencia y cambios humanos sin duda relacionables con el aumento de su edad a cambios de funciones sociales y por tanto con la coevolución Humanidad-Tecnología. 

Actualmente, el disponer de los dos libros citados podría servir para organizar procedimientos educativos. El libro Cultura y Tecnología en el Nuevo Entorno Tecnosocial puede explicarse y enseñarse utilizándolo al menos con presentaciones ya disponibles de unas 160 imágenes powerpoint, con acceso al libro y con referencias texticulares preparadas para este procedimiento. La disponibilidad más extensa en cuanto al número de conceptos y referencias debe ser propuesta por los educadores a sus alumnos, que podrán acceder fácilmente al libro-tesis colgado en Internet. Teniendo en cuenta el proceso de coevolución Humanidad-Tecnología nos parece que un objetivo de más adelante debería consistir en crear una asignatura obligatoria para todos los estudiantes de infoingeniería, que incorporarán en sus conocimientos técnicos especializados una estructuración cultural relacionada con estos. 

*Los conceptos y modelos de Complejidad y Sistemismo* e *Inter-multidisciplinariedad* son 2 factores básicos para aplicar mentalmente en esta era CDIC el enfoque STIC (SocioTecnoInfoCultura)

Domingo, 24 de Febrero de 2013

El enfoque STIC en la era CDIC para procesos  relacionados con infotecnólogos y con especialistas en áreas sociales y humanas.

1.  Un caso real en un área de investigación de psicología cognitiva orientada a funciones informáticas  para desarrollarla

Para resaltar los enfoques de este caso aporto, después de este párrafo inicial, “textículos” extractados del libro Introducción a la psicología cognitiva, Alianza Editorial, 1985, cuyo autor, Manuel de Vega , catedrático de Psicología de la Universidad La Laguna (Tenerife) me lo regaló en diciembre de 1987. Leyendo dicho libro se aprecia que este psicólogo investigador y catedrático expuso  enfoques y experimentos de investigación basados en una analogía de la psicología cognitiva con funciones de computadores de entonces. Al leerlo he analizado sus enfoques mentales desde mis teorías y experimentos relacionados con la complejidad como si el profesor de Vega y sus colaboradores hubieran aplicado intuitivamente el modelo H x I x O = IO Marco Universal para la Construcción de Modelos y otros como guías de prácticas organizativas cada vez más necesarias de inter y multidisciplinariedad de los “observadores” profesionales humanos. Unas bases de dicha investigación utilizarían grupos H multidisciplinares (es decir, constituidos por psicólogos e informáticos) e interdisciplinares (es decir, con los informáticos y psicólogos familiarizándose respectivamente con conocimientos de otras disciplinas: sobre psicología y sobre computadores) para diseñar y “construir” una I (Instrumento cognitivo básico para convertir una parte de la psicología cognitiva O en un progreso innovador de conocimientos IO de dicha área.

1.1. Textículos extractados del citado libro de Manuel de Vega

Las ciencias del ordenador: “A finales de la segunda guerra mundial tuvo lugar una revolución en la tecnología electrónica con especiales repercusiones en la nueva psicología cognitiva. Los ingenieros y matemáticos se enfrentaron a la posibilidad de construir máquinas de acuerdo con principios nuevos, ajenos a las máquinas de Newton” (…) “El hardware incluye los componentes físicos de la máquina (memoria, Unidad Central de Proceso y equipos periféricos, así como los elementos microestructurales. El software abarca los aspectos funcionales del sistema, tales como lenguajes de programación, elaboración de algoritmos y programas, etc.”. “El desarrollo del ordenador proporciona a la psicología una analogía mucho más poderosa que la teoría de la comunicación. La similitud funcional entre mente-ordenador fue el factor más determinante del desarrollo de la psicología cognitiva actual.”

Problemas prácticos: “Cuando se diseña un dispositivo mecánico o electrónico hay que tener en cuenta ´el factor humano´, es decir el operario que lo va a usar. Los psicólogos proponen a los ingenieros que la máquina y el operario deben considerarse como un único ^sistema hombre-máquina^ cuyo rendimiento hay que optimizar” (…) “Es evidente que la nueva concepción del diseño industrial exige no sólo soluciones pragmáticas, sino un cierto grado de comprensión de los procesos psíquicos del ´factor humano´; por ejemplo, sus límites atencionales, sus mecanismos de forma de decisión, etc. Todo ello sin duda supone una demanda social de una psicología más cognitiva.”

La analogía del ordenador: “Los ordenadores se suelen definir como sistemas de ^propósito general^, es decir, que se pueden programar para cualquier tipo de cómputo, al igual que la maquina universal de Turing. Por su parte, el sistema nervioso humano tiene una gran versatilidad funcional, de modo que se puede categorizar  también como un procesador de propósito general”. (…) “Conviene aclarar que la analogía mente-ordenador es funcional, no física. En el aspecto material o hardware las diferencias son considerables. Las neuronas son las unidades básicas del sistema nervioso; se trata de organismos vivos con miles de conexiones sinápticas tridimensionales, y complejos procesos bioquímicos de transmisión de señales. En los ordenadores actuales las unidades elementales son circuitos de silicio, distribuidos bidimensionalmente y con escasas conexiones entre sí. En cambio, desde una perspectiva funcional emergen las similitudes. La mente y el ordenador son sistemas de procesamiento de propósito general; ambos codifican, retienen y operan con símbolos y representaciones internas.”

Consecuencias de la analogía: “Gracias a la metáfora del ordenador, la psicología cognitiva ha conocido la rápida expansión que reflejaremos en este libro. El mentalismo, desterrado de la psicología académica desde finales del siglo XIX a causa de sus debilidades metodológicas y conceptuales, es resumido con decisión por la nueva psicología cognitiva. La analogía del ordenador en que se basa presta a los psicólogos un vocabulario, unas directrices y una instrumentación adecuadas para el estudio de la mente”

El uso instrumental del ordenador: El ordenador proporciona al psicólogo cognitivo no sólo un vocabulario teórico, sino una herramienta de investigación muy poderosa. No nos referimos aquí al hecho de que los ordenadores faciliten los cálculos estadísticos de los datos psicológicos e incluso la realización material de los experimentos” (…) “La aplicación más notable del ordenador para el psicólogo cognitivo es la construcción de modelos. Se pueden elaborar programas de Inteligencia Artificial o de Simulación, que permiten avanzar en nuestro conocimiento teórico de los procesos mentales. Los modelos del ordenador constituyen no tanto un método de investigación empírica, como un método de depuración formal de teorías.”

2. Comentarios sobre las posibilidades de utilizar H x I x O = IO, denominado  “marco universal para la construcción de modelos”  en nuestro libro Complejidad y Tecnologías de la Información, en algunas actividades profesionales (p. ej. la Medicina) distintas de la infotecnología.

Los análisis de complejidad, profundamente asociados a la práctica de nuestro método conceptual de observación técnica y sociotécnica de los objetos del área infotecnológica, son también imprescindibles para casos importantes de algunas otras actividades profesionales, dado que como se puede leer en el 4º texto vivimos en una era CDIC (Compleja, Digital y de una Inmensidad de Conocimientos). Un ejemplo importante es el área médica. En ella el método H x I x O = IO tiene el siguiente significado: H es un médico o varios, I es el conjunto de sus conocimientos y el uso de instrumentos técnicos de observación de éstos en el ser humano O, al que está o están atendiendo por una enfermedad aparentemente relacionada con su especialidad. IO es el resultado (diagnóstico) de su observación que le hace identificar algunos síntomas patológicos del paciente para encargarle tratamientos y recetarle medicamentos.

En cuanto a la complejidad, es evidente que el organismo humano es un sistema complejísimo. Sus múltiples y distintas áreas físicas y funcionales han sido estudiadas y definidas como si fueran distintos sistemas por el mundo médico que desarrolla real y oficialmente múltiples especialidades médicas. Cada médico (H en la observación de un posible enfermo) es un especialista de una de las áreas del organismo humano, que no son sistemas sino subsistemas del sistema orgánico humano, lo que quiere decir que están relacionados física y mentalmente con algunos otros, y por lo tanto su interacción puede producir cambios en el área observada por H (médico especialista) mediante su I, que en general no percibiría ese o esos cambios propios del sistema.

      Cuando un humano tiene varias patologías tratadas por distintos médicos y consumiendo medicamentos tal interacción requeriría que el observador H del enfermo, para evitar un diagnóstico erróneo, fuera un grupo de médicos relacionados con algunas de las patologías y medicamentos más interactivos del paciente para poder abordar esa complejidad sistémica y medicinal con el fin de producir una observación IO (relacionada con un diagnóstico) adecuada para tratar eficazmente al enfermo y poder curarle.

La creación de estudios para futuros médicos especialistas, pero introduciendo en ellos conocimientos interdisciplinares (complejidad sistémica) relacionados con algunos subsistemas físicos humanos con interacciones naturales mejoraría sus diagnósticos y la asignación de adecuadas recetas médicas.

Nota final

Introduciré los contenidos de este post dentro de otros textos más extensos con los que A. Fumero y yo ampliaremos su tesis doctoral de ingeniero de telecomunicación (que fue calificada hace poco con la nota máxima) para construir un libro en formato digital titulado Argumentación didáctica de una innovadora cultura socioinfotecnológica consistente en un amplio conjunto de estudios, investigaciones y propuestas educativas desarrollados mediante enfoques interdisciplinares y complejos en la novedosa área STIC (SocioTecnología  de la Información y Cultura)

Algunas notas y áreas de actuación relacionadas con la inter/multi-disciplinariedad y la complejidad

Jueves, 5 de Julio de 2012

1. Jornada sobre Smart Cities en la ETSIT-UPM (primera semana de junio 2012):

Finalidad de las smart cities: calidad de vida, desarrollo económico, sociabilidad…Algunos ponentes hablan de smarter cities en vez de smart cities. Dicen que en estos temas no intervienen sólo técnicos sino sociólogos, economistas, etc. La ciudad es un elemento complejísimo. ¿Cómo nuestra profesión se va a adaptar a este contexto?, dice uno de los ponentes. Dicen que no sólo se trata de innovación tecnológica, sino de innovación social.

(Yo creo que la innovación social es hoy cada vez más un proceso de innovación tecnológica y tengo un ejemplo de innovación educativa y muchos de innovación empresarial. Pienso que sería conveniente empezar a hablar de innovación sociotécnica más que de innovación tecnológica, y el término de innovación tecnológica sería aplicable a los cambios de los dispositivos e instrumentos tecnológicos, pero no a su utilización humana en formas sociales. Esta terminología mía de innovación sociotécnica encaja con todos los enfoques que se están exponiendo en esta jornada e intentando difundir cada vez más y dichos enfoques son visiones que necesitan sistematizarse con mis modelos y teorías sociotécnicas basadas en la intermultidisciplinariedad y la complejidad  y con los argumentos de Edgar Morin, Rosnay  y otros autores)

Las redes sociales actuales, enormes e innovadoras comparadas con las clásicas, son claramente sociotécnicas, empleando instrumentos y sistemas tecnológicos de la creciente Red Universal Digital (creciente y novedosa por la innovación estrictamente técnica y tecnológica). 

2. Algunas palabras de Edgar Morin en su libro La Vía: Para el futuro de la Humanidad, Ed. Paidós, 2011, que he comprado el 26 de mayo 2012 en la Feria del Libro de Madrid:

En la sección “La crisis del desarrollo” de Introducción general, unas frases que relacionan Especialización vs Visión de Conjunto:

Por otra parte, el desarrollo instaura un modo de organización de la sociedad y de las mentes en el cual la especialización compartimenta a los individuos, de forma que cada uno sólo tiene una parte estanca de responsabilidades. Con esta compartimentación se pierde la visión de conjunto, lo global y, con ello, la solidaridad. Sin olvidar que la educación hiperespecializada reemplaza la antigua ignorancia por una ceguera nueva, que se mantiene gracias a la ilusión de que la racionalidad determina el desarrollo, cuando lo cierto es que éste confunde la racionalización tecnoeconómica con la racionalidad humana.

Esta ceguera es resultado también de la concepción tecnoeconómica del desarrollo, que no conoce sino el cálculo como instrumento de conocimiento (tasas de crecimiento, índices de prosperidad, de renta y estadísticas que pretenden medirlo todo)…

Por eso, la idea generalmente admitida de desarrollo es ciega a los daños y al deterioro que produce. ¡La idea de desarrollo es una idea subdesarrollada! El desarrollo es una fórmula estándar que ignora los contextos humanos y culturales….

El desarrollo, que pretende ser una solución, ignora que las propias sociedades occidentales están en crisis, a causa, precisamente, de ese desarrollo, que ha segregado un subdesarrollo intelectual, psíquico y moral. Intelectual, porque la formación disciplinar que recibimos los occidentales, al enseñarnos a disociarlo todo, nos ha hecho perder la capacidad de relacionar las cosas y, por lo tanto, de pensar los problemas fundamentales y globales. Psíquico, porque estamos dominados por una lógica puramente económica, que no ve más perspectiva política que el crecimiento y el desarrollo, y estamos abocados a considerarlo todo en términos cuantitativos y materiales…. Además, la hiperespecialización, el hiperindividualismo y la falta de solidaridad desembocan en el malestar, incluso en el seno del confort.

El hecho de que ese carácter complejo de la crisis planetaria sea generalmente ignorado indica que la multicrisis también es cognitiva.

En su sección “La crisis del conocimiento” del capítulo Reforma del Pensamiento de este mismo libro puede leerse este otro párrafo de Morin: Debemos dejar de creer que hemos llegado a la sociedad del conocimiento. De hecho, hemos llegado a la sociedad de los conocimientos separados unos de otros, lo que nos impide relacionarlos para concebir  los problemas fundamentales y globales, tanto de nuestras vidas personales como de nuestros destinos colectivos.

3. Algunas ideas mías de mi texto no publicado “Iniciativa  sobre proyectos  de socioinfotecnocultura (STIC)”:

La extrapolación social del concepto de inteligencia humana puede tener interés y éxito dialéctico para definir ciertas situaciones organizativas o sociales y para resaltar la importancia de contar con humanos inteligentes (dotados de las formas de inteligencia o de los saberes y habilidades requeridos para las labores de tales organizaciones, hasta el punto de  llegar a denominar organizaciones inteligentes a algunas de ellas, notables por sus aportaciones públicas) pero parece una observación imprecisa y relacionada de manera un tanto forzosa y a veces hasta arbitraria con el concepto múltiple de inteligencia personal, ya que intervienen en tales procesos de la denominada inteligencia colectiva (compartida o grupal) factores condicionantes de sus actividades, tales como finalidades institucionales o grupales, subculturas aceptadas y practicadas, competitividad con otras entidades del mismo sector, normas organizativas, criterios de líderes de esos grupos, instituciones, empresas, etcétera.

Relacionando estas ideas con mis trabajos y aportaciones personales, mi modelo de observación de la realidad H x I x O = IO , capítulo 10, tal como se ha elaborado con vistas a la complejidad de la realidad multidisciplinar de situaciones, problemas  u objetos O, requiere formar un grupo H de observadores o estudiosos de diferentes disciplinas para juntar y coordinar varias inteligencias y culturas personales que compongan una inteligencia tecnosocial STIC: “Proceso aplicativo de H x I x O = IO: Analizar y valorar los conocimientos necesarios para obtener una visión realista del O afrontado (que será en estos casos no un objeto exclusivamente técnico, sino usado en un contexto de aplicación socio-humana y quizá hasta física ambiental y guiar sistémicamente la cooperación de tales conocimientos y tendencias (un ejemplo, el modelo OITP para la innovación tecnológica en empresas o entidades sociales como las educativas, administrativas, etc.) así como para compensar las ignorancias y parcialidades personales de los participantes del grupo H que puedan obstaculizar dicha visión objetiva de las dimensiones de complejidad de O buscando la colaboración de otros participantes H familiarizados con esas dimensiones o niveles”.

Un esquema gráfico, que aquí no cabe, usado por mí en varias presentaciones, ilustra los muchos factores relacionados con la actual y revolucionaria infotecnología, hasta tal punto socializada que en una considerable proporción y en poquísimo tiempo ha llegado a las manos de miles de millones de ciudadanos bajo la forma de Tecnologías para la VIda Cotidiana (TVIC) y que por su poder funcional tiende a modificar el entorno vital (Nuevo Entorno Tecnosocial) de las sociedades económicamente desarrolladas  y casi todas sus formas sociales y culturales, sin que estemos preparados para comprender y asimilar convenientemente tales efectos.

Comprender y diseñar nuevos patrones vitales en múltiples áreas de la actividad humana con lógica y aprovechamiento de los beneficios sociales derivables de un uso adecuado de tal poder tecnológico no es posible hacerlo a partir de conocimientos  estrictamente técnicos y requieren enfoques, modelos y/o procesos interdisciplinares (a veces con participaciones multidisciplinares) y basados en saberes acerca de la complejidad.

4. Extractos textuales del capítulo 4 de mi libro Cultura y Tecnología en el Nuevo Entorno Tecnosocial 

“Hoy día el inmenso repertorio de conocimientos desarrollado por la especie humana, dividido en muchísimos campos especializados, genera en potencia múltiples culturas adjetivadas por apellidos con criterios muy discutibles. A su vez, la enorme fragmentación de conocimientos, indiscutiblemente necesaria para el desarrollo de esos conocimientos y para su aplicación práctica, genera lagunas de ignorancia que separan los conocimientos especializados de los humanos y dificulta o imposibilita su mutua comprensión. Por tanto, deberíamos intentar mejorar la comunicación entre especialistas y reducir en algunos de ellos parte de su ignorancia interdisciplinar, pero no entre todos los especialistas, que sería una pretensión utópica y hasta desacertada en un sentido práctico, sino entre aquéllos que militen en disciplinas de raíces relativamente comunes”. 

Vivimos en una era del conocimiento y de la hiperespecialización, pero también de la información y de la comunicación potenciadas por la infotecnología y en una era de complejidad muchas veces imperceptible. La multiplicación de especialidades tiene el efecto de facilitar la división del trabajo y la formación, pero produce una dificultad geométricamente creciente en lo que atañe a afrontar la realidad compleja que nos circunda, Si se quiere ver y usar la desbordante y espectacular infotecnología (o infotecnologías) con un enfoque sociotécnico, apoyado en dosis adecuadas, a tenor de las circunstancias, de conocimientos sobre la complejidad e interdisciplinares es preciso desarrollar y plantear unas pautas de carácter práctico orientadas a la comunicación social de la infotecnología con ese enfoque y a la creación de paquetes educativos con varios niveles y contenidos según el perfil de los destinatarios. Además, viviendo en un mundo tan tecnificado, en el que casi todas las formas sociales de nuestro entorno vital están condicionadas y casi continuamente transformadas por la tecnología,  una porción básica de los mecanismos y conocimientos de esas transformaciones deberían formar parte de nuestro saber general, cualquiera que sea nuestra orientación cultural con apellidos. Esa porción básica estructuraría una visión antroposocial de la infotecnología, apoyada en una actitud “abierta, positiva, crítica, activa y responsable” y no en un pensamiento simplista, o, en otras palabras, unas bases de socioinfotecnocultura necesarias para cimentar humanísticamente esta sociedad de la superinformación en la que vivimos, tan tecnificada que incluso contribuye a convertir la sociedad del conocimiento en algo donde predomina lo instrumental sobre lo mental”.

Según ha escrito S. Moriello Es necesario cambiar la forma de pensar :

Se necesita un nuevo tipo de pensamiento complejo, a la vez sistémico, multidimensional y ecológico que tenga en cuenta la dinámica del Todo. (…) La realidad no se presenta dividida en procesos aislados y estables (físicos, químicos, biológicos, psicológicos o sociales), sino que cada uno de ellos se halla inseparablemente entretejido con los demás. Así, por ejemplo, en un proceso social, coexisten –al mismo tiempo– procesos psicológicos, fisiológicos, anatómicos, biológicos, químicos, físicos, etc.”

La mano humana está siendo técnicamente transformada en un ratón digital de las TVIC actuales más avanzadas (¿M2M?)

Miércoles, 28 de Marzo de 2012

Hace poco más de un año escribí en este blog que La infotecnología actual convierte a la mano en un instrumento mental , exponiendo “que ahora vivimos en un entorno constituido por una tecnología doblemente digital: digital por su estructura, codificación de la información en formato digital (dígito = número) y técnicas de funcionamiento interno, y digital por manejarse con los dedos de la mano (dígito = dedo)”.

En esos mismos días publiqué un artículo sobre el Nuevo Entorno Tecnosocial, la evolución humana, la tecnología, el cerebro y la inteligencia   artículo que es una breve síntesis de los argumentos, ejemplos y teorías publicados en el capítulo sexto de mi libro-ensayo “Cultura y Tecnología en el Nuevo Entorno Tecnosocial”: Así pues, tenemos de nuevo a la mano, principalmente a sus dedos pulgar e índice, jugando un papel con la tecnología, el cerebro y la inteligencia (…) La habilidad manual, consistente en pulsar o mover ratones, teclas, punteros, iconos, pantallas táctiles, etc., para activar eficazmente las funciones implementadas en el instrumento infotecnológico, modela sus redes neuronales y podría configurar una clase nueva y útil de inteligencia instrumental.

El progreso grandioso de la infotecnología,  protagonista del inmenso despliegue de las TVIC hipermultifuncionales,  ha desarrollado un proceso que la humaniza,  nos lleva a un nuevo tipo de vida, donde, entre otras cosas, se incrementará la “humanización” de las máquinas y la “maquinización” de los humanos  . Podría decirse que ese progreso tiende a tecnificar parcialmente a los usuarios humanos, desarrollando un factor de digitalización social: “El concepto de  digitalización social se aplica al proceso de interiorización personal y de coherencia social de las funcionalidades y efectos múltiples, directos, secundarios y hasta ocultos de esta tecnología”. Los usuarios no tienen más remedio que convertir sus manos en un increíble ratón digital (dedos de usuario) o aparato  ratonero (perteneciente o relativo a los ratones, según el DRAE)  para manipular polifacéticamente los instrumentos TVIC más avanzados (smartphones y tablets), diseñados con pantalla multitáctil y comercializados para muchos  millones de infociudadanos. En el número de marzo 2012  de la revista REDES&TELECOM se dice que “para 2013 el número de smartphones en el mundo alcanzará los 2.000 millones de unidades”. O sea que They put a world of information at our fingertips (yemas de los dedos). A un servidor se le ocurre que ahora la pantalla multitáctil de smartphones y tablets podría denominarse en inglés screen with finger mouse.

La invención del ratón informático no fue un hecho banal ni fortuito, sino que surgió en los años 60 dentro de un proyecto importante que buscaba aumentar el intelecto humano mejorando la comunicación entre el hombre y la máquina. Ahora, por diseño de los dispositivos y de sus múltiples funciones integradas instrumentalmente, el uso de la mano es técnicamente básico para la comunicación entre el usuario y la máquina. La mano se convierte en una interfaz de usuario. Interfaz es todo sistema que permite el intercambio de información entre dos entidades. Se llama interfaz de usuario cuando una de estas dos entidades es una infomáquina y la otra, un ser humano. Habiendo leído un texto de Joël de Rosnay del año 2002, que transcribo a continuación, podría uno preguntarse si el auge de esta mano info-ratonera es relacionable con una hipotética emergencia biótica: “Igualmente he subrayado  (escribió Rosnay), la importancia de las interfaces entre el hombre y las máquinas mecánicas o electrónicas. Pero la emergencia de la biótica permite augurar interfaces todavía más íntimas entre el hombre y las máquinas, conduciendo principalmente a la creación de nuevos órganos y nuevos sentidos”.

Algún tiempo después, en una entrevista realizada originalmente en la misma época, expuso Rosnay que los humanos entraremos en simbiosis con el entorno. “Es decir, que el rol de la interfaz entre la biología, la mecánica y la electrónica va a ser cada día más estrecho. La palabra, el reconocimiento del rostro, de los gestos, de los signos, va a permitirnos entrar en comunicación con este entorno, ya se trate de la casa, de la oficina, del coche o de los medios de transporte, de una forma cada vez más intensa. En los próximos quince o veinte años, esta simbiosis va a modificar completamente la relación que mantenemos con nosotros mismos y con los demás”. (Rosnay es autor del extraordinario libro “El hombre simbiótico”, cuya versión española se publicó en 1996).

Protagonismo tecnológico de las pantallas

Sherry Turkle, psicóloga experta en cuanto a relaciones humanas con la tecnología, analiza cómo las tecnologías computacionales emergentes afectan a la forma de cómo los humanos pensamos y nos vemos a nosotros mismos en un uso frecuente  del ciberespacio. En su libro Life on the Screen: Identity in the Age of the Internet, editado en español en 1997 con el título de La Vida en la Pantalla, la profesora Turkle expone cómo las personas interactúan con los computadores y analiza algunas consecuencias psicológicas de tal interacción por medio de las pantallas.

Por mi parte, refiriéndome a finales del 2008 a la interactividad en el ciberespacio, expuse que: “Como he repetido en tantas ocasiones, una de las principales consecuencias del Nuevo Entorno Tecnosocial generado por la vertiginosamente creciente infraestructura infotecnológica ha sido la “construcción” progresiva de una infociudad  cada vez más global, poblada  y densa en funciones. Crece sin parar el número de sus “habitantes” y la cantidad de tiempo que éstos viven a diario en ella, y todos sabemos que quienes han despertado mayor interés mediático y académico son las nuevas generaciones, o sea, los niños y adolescentes, a quienes podríamos potencialmente considerar infociudadanos genuinos. Una prueba de ese interés es el libro recientemente publicado por la colección de Fundación Telefónica  La Generación Interactiva en Iberoamérica: Niños y adolescentes ante las pantallas.  Un rasgo llamativo de este libro, catalogable como estudio socioeconómico de la interactividad digital de los menores, es que clasifica los dispositivos infotecnológicos de la interactividad por sus pantallas, así: a) Internet: la pantalla que todo lo envuelve; b) El celular: la pantalla que no se apaga; c) Videojuegos: la ventana al ocio digital; y d) La televisión: la pantalla reina. A mediados de marzo se ha podido leer alguna noticia relativa a la técnica competitiva de las pantallas, citando a varios fabricantes para enunciar que todos ellos quieren conquistar cuatro pantallas: Sony tiene el mismo sueño que sus competidores coreanos, LG y Samsung. El mismo que sus vecinos de Panasonic que está mejor armada. Todos estos fabricantes quieren conquistar cuatro pantallas: móviles, tabletas, televisores y ordenadores ¿Una vida regida por las pantallas? En cuanto a terminología internacional, parece como si estuviéramos pasando de la net generation a la screen generation.

Tal como escribió Christine Rosen, estudiosa del impacto social y cultural de la tecnología, “toda tecnología es a la vez una expresión de una cultura y un potencial transformador cultural”, podemos considerar actualmente el impacto de la pantalla sobre la inteligencia y la cultura en todas sus vertientes y preguntarnos si el teléfono inteligente mejora la inteligencia de sus usuarios y, en caso positivo, ¿cuál de sus tipos de inteligencia?.

¿M2M?

Ahora lo que está surgiendo terminológicamente es la sigla M2M  relacionada con la Internet de las Cosas (Machine to Machine) y la comunicación en formato de datos entre dos máquinas remotas. Quizá podría utilizarse también para el uso creciente de la mano sobre las pantallas, intercomunicándose (Mano a Máquina y Máquina a Mano) con la máquina instrumental TVIC, que cada día con mayor frecuencia es un terminal que lo abarca casi todo, en un progreso que tiende a tecnificar (M2M) parcialmente a los usuarios humanos.  En el Mobile World Congress de 2012 se ha dicho que actualmente en el planeta Tierra hay 5.900 millones de teléfonos móviles, lo que convierte en seres pantallescamente omnipresentes a sus usuarios humanos y a la difusión social de estas tecnologías en un sector predominantemente económico y comercial. Refiriéndonos a los teléfonos móviles de las últimas generaciones, ya no es sólo el sonido (´fono´ significa: voz, sonido) el factor del que se ocupan, algo que convierte en lingüísticamente incorrecto el seguir llamándolos teléfonos;  su tecnología pone, o pondrá, en las manos de cientos o de miles de millones de usuarios actuales o futuros la mayoría de las numerosas funciones inventadas e implementadas desde que se inició la tercera revolución, y otras nuevas: telefonía celular, correo electrónico, mensajerías SMS, MMS, WhatsApp (que funciona conectada a Internet transmitiendo mensajería instantánea con textos, imágenes, video y audio, al parecer ya con diez millones de usuarios en España), cámara fotográfica, videocámara, radio, televisión, reproductor de música MP3, biblioteca de libros digitales, grabadora, calculadora, aplicaciones ofimáticas, agenda, reloj, juegos, acceso a Internet, navegación terrestre por GPS, etcétera. El 27 de febrero hemos podido leer en elmundo.es que se está difundiendo el uso de los móviles para el servicio de pagar compras con ellos. En la revista TELOS 90 se ha publicado una reseña titulada Telefonía móvil para paliar la pobreza y un artículo sobre Los museos en la palma de la mano.  Lo que podemos conocer frecuentemente son descripciones públicas sobre el empleo de instrumentos móviles, con sensores incluidos, para facilitar el diagnóstico y gestión médica de diversas patologías y hasta, como se dice en algunos casos, de terapeuta de bolsillo. Otra aplicación  de smartphones para usar el clásico factor telefónico, ya minoritario en ellos, es la creación de plataformas para redes sociales de voz.

 (Nota: La circunstancia funcional de haber cambiado  de teléfono móvil a principios de febrero de este año, haciéndome con un smartphone de la última generación androidea, me ha inducido a escribir en adelante poco a poco, repasando y recogiendo textículos  e insertando enlaces internéticos con algunos escritos míos (p. ej. en esta nota mi post sobre infotecnocracia ) y de otros autores, un texto, del cual este post es sólo un breve inicio,  relacionado con argumentar sobre la conveniencia de crear un proceso educativo para potenciar la convivencialidad del dispositivo (dada su complejidad técnica y multifuncional) que facilite la comprensión de sus manipulaciones funcionales por parte de los usuarios, para que éstos se tecnifiquen eficaz y satisfactoriamente como ratones digitales: Como vivimos en una Sociedad del Conocimiento progresivamente más instrumental que mental  el  aprendizaje de los usuarios debería cubrir estas tres áreas: a) Para qué sirve, qué funciones puede realizar es forma autónoma o combinando con otros instrumentos o aplicaciones, y con qué prestaciones (potencia, velocidad, capacidad, etc.); b) Cómo se realizan esas funciones, cuáles son las secuencias de operaciones necesarias y cómo se implementa cada una de ellas; y c) Qué consecuencias tiene sobre las actividades del usuario, sobre su entorno y sobre él mismo la aplicación de esas funciones, con las capacidades disponibles y sus posibles fallos o averías. Para justificar los enfoques y características de mi futuro escrito debo reconocer que nunca he sido un manitas, que mi capacidad es bastante más mental que manual y que mis aportaciones conceptuales a esta temática iniciada al cambiar de dispositivo móvil se deben a una reflexión como  tecnólogo en gran medida dedicado a la educación en sentido amplio y sociotécnico, con admiración por el progreso de la infotecnología pero proponiendo evitar un duro  (inhumano) monopolio de  la infotecnología (infotecnocracia)  en los procesos de coevolución Humanidad-Tecnología. Como ejemplo reciente de este enfoque sociotécnico está mi documento, como coautor y promotor, acerca del  Teléfono Móvil, producto estelar de la Red Universal Digital, de impresionante y ubicuo impacto social) .

NET en una era CDIC

Domingo, 31 de Julio de 2011

Nuevo Entorno Tecnosocial en una era Compleja, Digital y de una Infinitud (o Inmensidad) de Conocimientos

(Este post es un resumen incompleto de un texto complementario de unas 3.700 palabras relacionado con mi libro Cultura y Tecnología en el Nuevo Entorno Tecnosocial, Fundetel, 2011)

Sobre el enfoque STIC

(Para hacerse una idea amplia de lo que el autor entiende por Sociotecnología de la Información, de la cual, integrando en ella la vertiente de cultura, se deriva el enfoque STIC, se sugiere entrar en la sección de su página web titulada Sociotecnología de la Información. Teoría de la Complejidad Sociotécnica de las Tecnologías de la Información y leer en ella una relación de sus diversas aportaciones a lo largo de años)

El enfoque STIC que estamos  proponiendo ahora lo basamos en el empleo de dos factores básicos: a) conceptos y modelos de Complejidad y Sistemismo; y b) la Interdisciplinariedad, con cuyas diferentes facetas y niveles será imprescindible familiarizar a los diversos practicantes de esta STIC. Se trata de potenciar la visión interdisciplinar, sobre todo la sociotécnica (de tecnólogos) o tecnosocial (de especialistas en áreas sociales y humanas), respecto de situaciones mayormente de infotecnología-uso de tercera vertiente (véase en el libro la sección 2. 5. 1 Informática/Infotecnología-uso, área tecnocientífica orientada a la socioinfotecnocultura). Para ello hay que considerar el empleo de infotecnologías O (en el modelo H x I x O = IO), mayoritariamente digitales, en usos sociales diversos complejos y explicar (ver abajo nota 1) los significados reales y prácticos de las variables multidimensionales H, I, O y de IO en relación con un “mundo” inmenso y complejo de conocimientos divididos (segmentados o fragmentados) en múltiples áreas (como ramas, árboles, islas, etc)  que justifican el concepto de SCVF (Sociedad del Conocimiento Vertical  Fragmentario) y la conclusión realista de vivir en una era en gran parte ininteligible, donde la infinitud de conocimientos, causante del progreso material y vital  de las sociedades de hoy día, genera además una inmensidad social de ignorancias que hay que gestionar dado que es factor generador de la complejidad vigente  e inevitable en casi todas las situaciones sociales y por supuesto en la aplicación de la infotecnología multifuncional en casi todas ellas de forma progresiva. Podemos argüir que una coordinación adecuada entre la inmensidad de conocimientos, la poderosa infotecnificación social y la complejidad es sin duda una tarea necesaria, pero compleja. El auge y variedad de las infotecnologías implica la necesidad de un enfoque sistémico y con frecuencia algo multidisciplinar, cuando intervengan detalles  sólo bien conocidos por expertos  en cuestiones sociales involucradas o por especialistas técnicos, éstos a ser posible provistos con una porción de subcultura de infotecnología-uso de tercera vertiente).(Nota 1: Escrito en mi artículo Todo cambia, nada es simple : “Estoy firmemente convencido de que, por desgracia, sólo es posible explicar de manera simple las cosas simples y la tecnología está rodeada de complejidad, tanto en su esencia, como en su aplicación y consecuencias”.

Una sociedad compleja ¿invisible?

En el libro de referencia se han recogido extractos de puntos de vista sobre complejidad de diversos autores, que sugerimos sean repasados. De un autor citado muy brevemente en él, el filósofo D. Innerarity, extractaremos ahora 3 párrafos de su libro que obtuvo el premio Espasa de ensayo en 2004, titulado La Sociedad Invisible que describe la sociedad compleja: 

“Vivimos sin duda en una sociedad que escapa de nuestra comprensión teórica y de nuestro control práctico en una medida más inquietante que en otras épocas menos perplejas acerca de sí mismas. (…) La sociedad es compleja por el aspecto que nos ofrece (heterogeneidad, disenso, caos, desorden, diferencia, ambivalencia, fragmentación, dispersión) por la sensación que produce (intransparencia, incertidumbre, inseguridad), por lo que puede o no hacerse con ella (ingobernabilidad, inabarcabilidad” (…)

“Si he llamado a esta realidad “sociedad invisible” es porque las sociedades complejas son aquéllas en las que hay no solamente problemas de legibilidad, sino una intransparencia irreductible” (…) “La invisibilidad del futuro parece haberse agudizado en nuestra época. Vivimos actualmente con unas perspectivas de futuro muy inciertas. Continuamente lamentamos la carencia de conceptos y procedimientos abarcadores.” (…)

“La velocidad de envejecimiento de nuestra estructura social y cultural aumenta con el desarrollo de la innovación tecnológica. (…) Tenemos que vivir bajo las condiciones de una certeza decreciente acerca del mundo en que viviremos, con el malestar que genera el hecho de no saber lo que nos espera. (…) En una civilización acelerada disminuye la pronosticabilidad al crecer las dificultades de hacerse cargo con nuestras categorías de unos procesos extremadamente complejos.” (…)

Sobre innovación tecnológica extractamos aquí algunas palabras de F. Sáez Vacas, con enfoque STIC, de su artículo “La memoria del futuro”, publicado en 2001 en los números 1 y 2 de la Revista del Instituto de Estudios Económicos, dedicados a “La Sociedad de la Información en España”: “La innovación tecnológica, si no es innovación social plena, puede quedarse en pura, estéril y hasta peligrosa maquinaria” (…) “Es noción básica que la tecnología es el resultado de la aventura cultural del ser humano, que se manifiesta instrumentalmente por su poder destructivo-creativo de las formas sociales, por su estimulante capacidad de crear inmensos espacios virtuales de posibilidades de progreso”: (…) “Como ya se dijo al principio, no es la dotación instrumental el factor diferencial entre comunidades, sino la formación actualizada de sus componentes, su madurez cultural, su capacidad y su deseo de inventar y organizar nuevos proyectos y procesos, su conciencia social de los riesgos y costes asumibles y su optimismo inteligente de futuro

Un mapa real, aunque indefinido, de conocimientos, desconocimientos e ignorancias, matizado con razonamientos tecnosociales

Podemos añadir que D. Innerarity publicó también un ensayo titulado La Sociedad del Desconocimiento en el libro editado por Infonomía, 2009, La Sociedad de la Ignorancia y otros ensayos, autores A. Brey, D. Innerarity y G. Mayos. Hablando  de ignorancia, en versión de diversos autores, podemos volver a citar aquí la famosa frase de Boris Ryback: “Jamás ha habido tal posibilidad de conocimiento y tal probabilidad de oscurantismo “.Vivir en una época donde la infinitud de conocimientos creada por la Humanidad se divide inevitablemente en muchísimos fragmentos especializados (verticales) provoca que los conocimientos de cada ser humano, aunque sean grandes, sólo sean una porción infinitesimal del universo vigente de conocimientos. En esa diferencia abismal  reside la ignorancia (relativa) de los humanos, que hace que frecuentemente éstos no puedan entenderse ni comunicarse entre ellos. Incluso el conocimiento profundo con títulos universitarios de nivel superior dentro de un área de conocimiento o especialidad, además de ser un apartado dentro de un árbol o bosquecillo de conocimientos próximos, es un microfragmento infinitesimal comparado con la inmensidad de conocimientos de la humanidad.

Tomemos nota de que por eso se hace imprescindible  completar el conocimiento especializado (rodeado de ignorancia contextual y multidisciplinar) de una cierta proporción de humanos actuales con conocimientos acerca de la complejidad (en realidad vivimos en una era de complejidad e incertidumbre), integración de varios conocimientos disciplinares (interdisciplinariedad o conjunto de conocimientos transversales) y de un marco estructural sistémico, conjunto que tal vez pudiéramos denominar STICología.

Por supuesto, un factor a considerar como inevitable en lo relativo a la complejidad de todo lo observable mediante el empleo de conocimientos es que, según propuso Howard Gardner  , profesor e investigador de la universidad de Harvard, no existe un solo tipo de inteligencia en los humanos, sino un conjunto potencial de diversos tipos interactuantes de inteligencia o, como explica K. Albrecht en su libro Inteligencia social, Ed. Vergara, 2006, pag. 33, “de competencias clave en diferentes proporciones en diferentes personas”, cuestión que habrá que añadir, cuando sea necesario, al grupo seleccionado de participantes en el grupo H del proceso de observación de situaciones y problemas H x I x O.

En cuanto a mi propuesta de formar ingenieros sociotécnicos, a quienes llamé híbridos y a los que quizá pudiéramos llamar STICólogos si operan en las áreas de infotecnología cuyos productos y aplicaciones tengan un eminente alcance social, propuse (sección 2.4.2 del libro) que habrían de complementarse con saberes básicos sobre complejidad, incluyendo la complejidad sociotécnica, y con cierta formación interdisciplinar o algo multidisciplinar (ver nota 2), según la orientación y el nivel elegidos de conocimientos sociales.

(Nota 2: Mis investigaciones se concentran en desarrollar modelos teórico-prácticos de innovación tecnológica y de diseño sociotécnico, los mecanismos de la psicología del cambio y el aprendizaje organizativo dentro de una comprensión multidisciplinar de la complejidad.)

¿Convendría desarrollar una Inteligencia Tecnosocial?

Martes, 3 de Mayo de 2011

Creo que el título interrogante de este post merece un estudio para ser respondido. El autor de este blog lleva tiempo argumentando sobre el hecho de que en esta era digital que vivimos “las actividades humanas se desenvuelven en un entorno muy complejo y tan supeditado a la infotecnología, que ya no es simplemente social, sino profundamente tecnosocial. Por tanto, hay que dotar a algunas especialidades tecnocientíficas de conocimientos sociotécnicos y humanistas que pudieran constituir unas convenientes bases socioinfotecnoculturales”.

Una sociedad progresivamente transformada en tecnosociedad

El Nuevo Entorno Tecnosocial generado por la poderosa infotecnología  tiende a convertir a la sociedad tradicional en una tecnosociedad cambiando sus formas sociales, por ejemplo, las formas de hacer periodismo, las formas de comprar y vender, ciertas formas de producir, las formas de distribuir música, las de publicar, las de gestionar, las de educar, las de hacer política, las de informarse, las de delinquir, etc., y por consiguiente las organizaciones humanas que las sustentan. Una porción creciente de los humanos en países desarrollados actúan y “viven” cada vez más tiempo en el revolucionario espacio informacional, y por tanto tecnosocial, que definí como ´infociudad´ en mi ponencia Ya portamos en nosotros los terminales de la infociudad, Congreso Internacional sobre “Cultura Digital y Ciudadanía”, Universidad Autónoma de Madrid, 15-19 de noviembre de  2004: «El espacio informacional donde los humanos de sociedades desarrolladas, mediante terminales con botones, teclas, pantallas, contraseñas e identificadores varios, se comunican y realizan una parte creciente de sus actividades habituales y otras muchas nuevas, convertidas en señales, símbolos, lenguajes y procesos inmateriales, soportados por una potente infraestructura tecnológica de arquitectura reticular».

Es inevitable que las transformaciones sociales producidas tecnológicamente generen conflictos con las formas sociales vigentes y con sus partidarios, intensificadas en el caso de lo que llaman nuevas tecnologías (infotecnologías primordialmente digitales) por las brechas digitales entre personas. “Aunque la historia ha demostrado sobradamente que oponerse frontalmente a las fuerzas de innovación tecnológica no es una estrategia ganadora, también ha demostrado que lo normal es que numerosas organizaciones humanas y personas, ancladas por sus conocimientos y experiencia en formas declinantes y posiblemente sustituibles, tiendan a resistirse, o que se produzcan conflictos en zonas de cambios todavía mal definidos o de pérdida de ciertos privilegios y poderes de control consolidados”.

Mi respuesta  a la pregunta que titula este post es afirmativa, basándome en mis lecturas, reflexiones y  publicaciones, pero tengo que reconocer que no soy un experto en cuestiones de inteligencia, aunque sí un aficionado lector de libros sobre este tema en particular y sobre la psicología en general. En el programa de la asignatura Ingeniería del Software de mi Escuela ETSIT, UPM, con el objetivo de formar a los alumnos para la dirección, gestión y realización de proyectos de software, introduje unas cuantas horas lectivas dedicadas a los Factores económicos y humanos, escribiendo además una Notas de clase en cuya última revisión, junio 2000, colgada en mi página web, junio 2000, puede verse que en la segunda parte titulada El factor humano (peopleware) se explican Nuevos conceptos de inteligencia y una Visión multidimensional de la inteligencia (la propuesta de Howard Gardner, profesor e investigador en psicología de la Universidad de Harvard), llamada de “Inteligencias múltiples”, compuesta en principio por 7 variedades que, subdivididas después en diversas habilidades, extienden esa multidimensionalidad a 20 clases de inteligencia. Dos de las variedades eran la inteligencia intrapersonal, que posteriormente se denominó “inteligencia emocional”, y la inteligencia interpersonal, bautizada más tarde como “inteligencia social”.

En mi conferencia en el seminario “La ingeniería ante las Ciencias Sociales y las Humanidades, 12-13 dic. 2007, titulada Necesitamos ingenieros sociotécnicos  aludí a mis actividades casi solitarias de investigación en el campo de la sociotecnología de la información citando un apartado de mi página web personal, en donde se define esa clase de sociotecnología de una forma activa, “como un enfoque nuevo destinado a integrar en el discurso y en la práctica de la técnica elementos de la psicología, de la sociología, de la economía, de la filosofía, de la teoría de sistemas, etc. Es un enfoque de la tecnología esencialmente centrado en el usuario”. Además, refiriéndome al hecho de que “las necesidades sociales relativas a las profesiones relacionadas con la infotecnología en un mundo hipercambiante, reticular y globalizado no han sido implementadas en la actual formación de nuestros ingenieros, hablé también  de “visión integrada” o “de integrar elementos de la psicología, de la sociología, etcétera, en el discurso y en la práctica de la técnica”. Esta conferencia constituía un refuerzo de mi artículo titulado “Futuros Ingenieros híbridos” publicado en el número 144, abril 2004, de BIT, la revista oficial del Colegio de Ingenieros de Telecomunicación, en el que propuse un nuevo perfil o titulación de ingenieros (tal vez habría que decir infoingenieros, porque sólo se refiere a la infotecnología). Se resaltaba en ese artículo que “los problemas que un ingeniero actual tiene que afrontar, debido a la complejidad creciente del entorno, son, o pueden ser, al mismo tiempo o separadamente, de índole técnica, politécnica y sociotécnica, y estos últimos se caracterizan porque  “a las dimensiones técnicas propias de las categorías anteriores se suman (no linealmente) las múltiples y más complejas de factores humanos y sociales, que requieren ingenieros híbridos”.

Sobre propuestas de distintos tipos de inteligencia

En 2006 me decidí a publicar una hipótesis sobre mi convicción de que el uso intensivo en los niños actuales de diversos instrumentos digitales tenía que estar formando en su mente un nuevo tipo de inteligencia, proceso al que denominé noomorfosis digital . Recientemente me he permitido definir en qué consistiría ese tipo de inteligencia digital , algo que está explicado con detalle en el capítulo Evolución humana: entorno-cerebro-inteligencia-tecnología  de mi libro Cultura y Tecnología en el Nuevo Entorno Tecnosocial Fundetel, 2011. Está claro que También nuestra mente se adapta al Nuevo Entorno Tecnosocial  y que hay infotecnologías que están afectando a nuestros cerebros.  “Quienes usan ya habitualmente la infotecnología, a la que en su expresión máxima de tejido instrumental envolvente llamo la Red Universal Digital o alguna porción cotidiana de ella, entran en una esfera nueva y muy compleja, donde las nociones de tiempo, espacio, identidad, poder operativo, sentido de la acción, comunicación, inteligencia, concepto de realidad, relaciones sociales, privacidad, relaciones con el mundo material, movilidad, el concepto de yo, etc., son diferentes o muy diferentes”.

En cuanto a la inteligencia social, antes citada, he leído dos libros con ese título, uno de D. Goleman, famoso por sus libros sobre inteligencia emocional y el otro de K. Albrecht, Inteligencia Social, Ed. Vergara, 2006). En la página 27 y refiriéndose a situaciones sociales de trabajo, Albrecht expresa una esquemática definición de Inteligencia Social (IS) como “la capacidad para llevarse bien con los demás y conseguir que cooperen con vosotros”. Del mismo capítulo, titulado Una manera distinta de ser “listo”, donde aparece esta definición, extracto a continuación unos párrafos que tienen que ver con algunos de los argumentos arriba recogidos de mi artículo-conferencia Necesitamos ingenieros sociotécnicos. En su página 50 expone que los especialistas técnicos configuran las elecciones de la vida de los ciudadanos y “toman decisiones trascendentales sobre el modo en que la tecnología encaja –o deja de encajar- en las manos de los seres humanos. Necesitamos comprenderles e idear maneras de integrarlos con éxito en las estructuras sociales de nuestro mundo”; En la página 51: “En los casos extremos hay especialistas con limitada consciencia y comprensión de los contextos sociales y las motivaciones ajenas”; En la 52: “Muchos estudiantes con inclinaciones técnicas o intelectuales eligen carreras de ingeniería o campos de orientación tecnológica porque se ven trabajando con cosas mejor que con otras personas; en el peor de los casos esperan trabajar con otras personas parecidas a ellos”.  

Daniel Goleman ha publicado en 2009 otro libro, titulado Inteligencia  ecológica, Ed. Kairós, sobre una nueva clase de inteligencia, referida en la página 61 a “la capacidad de aprender de la experiencia y de tratar adecuadamente a nuestro entorno, mientras que el término ecológico connota la comprensión de la relación existente entre los organismos y sus ecosistemas. La expresión “inteligencia ecológica” ilustra a la perfección la capacidad de aplicar nuestro conocimiento  de los efectos de la actividad humana para hacer el menor daño posible a los ecosistemas y vivir de un modo sostenible en nuestro nicho ecológico, que, en el momento actual, abarca la totalidad del planeta”. En la página 67 expone el siguiente argumento interesante, que encaja con mi criterio para desarrollar profesionalmente una inteligencia tecnosocial entre expertos sociotécnicos y de forma más sencilla entre infociudadanos en el marco del Nuevo Entorno Tecnosocial: “Las capacidades  ecológicas que necesitamos en el mundo actual representan una forma de inteligencia colectiva que se asienta en redes amplias de personas y que sólo podemos aprender y dominar como especie. Los retos a los que hoy nos enfrentamos son demasiado diversos, sutiles y complejos como para ser entendidos y resueltos por una sola persona. Por ello su reconocimiento y solución exigen la colaboración y el esfuerzo de un número amplio y diverso de expertos, empresarios y activistas…; en suma, de todos nosotros”. 

¿Una novedad: el concepto de inteligencia tecnosocial?

Quizá sea ésta una categoría o tipo de inteligencia como el que yo estoy proponiendo, que no forma parte de las inteligencias potenciales en el humano, según la teoría de H. Gardner, sino que se preparan con formación y entrenamientos definidos para adaptarse a nuevos procesos evolutivos. Finalmente, los ingenieros sociotécnicos, formados en áreas de conocimientos y cultura STIC habrían desarrollado un repertorio de capacidades que podríamos denominar inteligencia tecnosocial. En el mundo de los negocios y de la infotecnología ya se usa el término ´inteligencia´ con un enfoque o significación pragmática poco científica, BI (Business Intelligence) o inteligencia empresarial, entendida como una “habilidad para transformar los datos en información, y la información en conocimiento, de forma que se pueda optimizar el proceso de toma de decisiones en los negocios”.

Mientras que la inteligencia digital es producto natural y nuevo del uso intensivo de los instrumentos multifuncionales infotecnológicos desde la infancia en nuestra era digital y otras inteligencias forman parte del conjunto potencial de la mente humana,  la inteligencia tecnosocial que aquí imaginamos,  sería, a semejanza de la inteligencia ecológica, una faceta desarrollable mediante estudios, enfoques y argumentos publicables y experiencias para adaptarse y gestionar (si es el caso) las actividades de la tecnosociedad. La diferencia con esa inteligencia reside en que la tecnología no constituye un entorno natural ya existente sino artificial, que llamamos Nuevo Entorno Tecnosocial. Por tanto, la inteligencia tecnosocial debería orientarse en un sentido contrario: en vez de aplicar conocimientos sobre los efectos de la actividad humana para hacer el menor daño posible a los ecosistemas se aplicarían para sacar el mejor partido de los infosistemas, pero en este caso para evitar sus posibles efectos negativos en la vida y relaciones humanas personales y sociales.

Otro detalle conceptual que podría apoyar la propuesta de una inteligencia tecnosocial desarrollable mediante estudios, experiencias y demás lo recojo de un texto de J. A. Marina, filósofo conocido, quien en un artículo titulado La filosofía nos ayuda a vivir, revista Muy Historia, mayo 2011, escribe que “la inteligencia individual, considerada como facultad personal, se desarrolla siempre en un entorno social, que la deprime o impulsa. Nuestra inteligencia personal es fruto de la cultura”. Para esa cultura nosotros enfocamos la vertiente progresivamente tecnosocial del entorno social. Pienso, por tanto, que las bases de planteamiento y desarrollo de una Sociotecnología de la Información y Cultura (STIC) expuestas en mi último libro Cultura y Tecnología en el Nuevo Entorno Tecnosocial, en las que los infoingenieros sociotécnicos o híbridos desempeñaría un rol importante, conducirían a la formación en ellos de esta clase de Inteligencia Tecnosocial cada día más necesaria.  En cuanto a mi propuesta de formar a estos ingenieros sociotécnicos en las áreas de infotecnología cuyos productos y aplicaciones tengan un eminente alcance social, en la sección 2.4.2 de este libro expuse que habrían de complementarse con saberes básicos sobre complejidad, incluyendo la complejidad sociotécnica, y con cierta formación interdisciplinar o algo multidisciplinar, según la orientación y el nivel elegidos de conocimientos sociales. Otra vertiente que sería necesaria en su preparación social sería la de una base de conocimientos psicológicos sobre los distintos tipos de la inteligencia humana, para que fueran conscientes del papel psicológico y funcional de sus saberes, constituyentes de una categoría de inteligencia novedosa y útil en una tecnosociedad cada día más amplia.

La infotecnología actual convierte a la mano en un instrumento mental

Lunes, 17 de Enero de 2011

(Nota: este post es una brevísima selección de la teoría e hipótesis acerca de un nuevo tipo de inteligencia digital descrita en las últimas páginas del capítulo 6 de un nuevo libro de F. Sáez Vacas, a punto de publicarse, titulado “Cultura y Tecnología en el Nuevo Entorno Tecnosocial”, Fundetel, 2011, hipótesis que en forma muy sintetizada aparecerá antes (dentro de unos días) en la revista TELOS, 86, como tribuna con el título “Nativos digitales, inteligencia digital: ¿Homo digitalis?”).

El uso de los instrumentos TVIC  se hace en su mayor parte con los dedos de la mano (recuérdese definición de Infociudad ), muy frecuentemente con el pulgar si se trata de artefactos pequeños, como hacemos con teclado de teléfono móvil.

Si hablamos de manos y dedos podemos hablar también de niños y juguetes. Que el uso de los dedos ha adquirido gran protagonismo podría ilustrarse con la proliferación actual de juguetes infantiles basados en la “habilidad manual” y puede servirnos de ejemplo, muy significativo por el hecho de estar diseñado para bebés de 12 meses de edad, el juguete-mando denominado Melody MP3, “un mando lleno de botones para pulsar, con divertidos sonidos y números en 3 idiomas”, que vio hace poco el autor de este blog en una tienda muy conocida.

El catálogo de juguetes El Corte Inglés, 2010, nos explica que “cada juguete está pensado para transmitir unos valores que ayudan al desarrollo y formación del niño. Escoger los juguetes adecuados ayuda a los niños a descubrir el mundo, a expresar y a desarrollar mejor sus habilidades y aptitudes personales”. (Uno de los valores más frecuentes es precisamente la habilidad manual, que se ilustra en el catálogo con el dibujo de una manita dentro de un círculo rojo).

Para saber algo del papel histórico de la mano, podemos consultar un libro reciente (2010) de M. Bermúdez de Castro, experto en evolución humana, titulado La evolución del talento. Cómo nuestros orígenes determinan nuestro presente. En él se leen textos como este extracto: Hace unos 2,5 millones de años, a partir del Homo habilis, la anatomía de la mano fue convirtiéndose en una pinza de precisión, con dedos más cortos que los del chimpancé, exceptuando el pulgar, no sólo más largo sino asimismo fácilmente interrelacionable con los demás dedos y especialmente con el índice. “La evolución de la mano de los homininos, favorecida por su forma de locomoción bípeda, ha sido determinante en la evolución humana”. Hace muchos cientos miles de años, cambios físicos del entorno transformaron lentamente la mano de los homínidos, cuyos cambios originaron cambios cerebrales al tiempo que cambios tecnológicos que, a su vez, transformaban el cerebro y por tanto la inteligencia de los usuarios.

El autor de este blog expresa que ahora vivimos en un entorno constituido por una tecnología doblemente digital: digital por su estructura, codificación de la información y técnicas de funcionamiento interno, y digital por su manejo con los dedos. Muchos niños y adolescentes actuales ( nativos digitales o generación interactiva ) viven casi permanentemente conectados a un variado conjunto de poderosos instrumentos infotecnológicos.

Por tanto, tenemos de nuevo a la mano jugando un papel con la tecnología, con el cerebro y con la inteligencia. El uso intensivo de la tecnología está recableando, o remodelando, nuestros cerebros para vivir y operar en el Nuevo Entorno Tecnosocial generado por esa tecnología.

Sobre dedos y cerebro, en la página 190 del libro The learning brain, de las neurocientíficas S-J. Blakemore/U. Frith, edición en español Ed. Ariel, 2007, se citan los estudios de Th. Elbert, de la universidad Konstanz, Alemania, que sugieren que el cerebro asigna una cierta cantidad de sinapsis al procesamiento de los dedos en función de lo mucho o poco que éstos se utilicen.

Muchos instrumentos digitales de la actualidad actúan como prótesis cerebrales de sus usuarios, y los teléfonos móviles hipermultifuncionales de últimas generaciones prácticamente son multiprótesis cerebrales. La habilidad manual, consistente en pulsar o mover ratones, teclas, punteros, iconos, pantallas táctiles, etc., para activar eficazmente las funciones implementadas en el instrumento infotecnológico, modela sus redes neuronales y podría configurar una clase nueva y útil de inteligencia instrumental. ¿Es esta faceta de la inteligencia-sistema la que podría dar contenido a la hipótesis de formación de una nueva inteligencia que el autor de este blog propuso en el año 2006 en el proceso que titulé noomorfosis digital ?

Sobre el teléfono móvil, máxima estrella social infotecnológica, y el cuatrimotor Moriniano

Sábado, 10 de Julio de 2010

Hoy día, el instrumento más notable de las Tecnologías para la VIda Cotidiana (TVIC), con diferencia, es el teléfono móvil de las últimas generaciones, que, integrado por un espectacular número de funcionalidades diversas, puede operar como un nodo multirreticular (activo en múltiples redes diferentes de la Red Uiversal Digital, incluida Internet), hasta el punto de que, para algunos estudiosos del tema, “desde el punto de vista humano puede considerarse como algo más que una tecnología”.

Los teléfonos móviles, en general, y los cada día más vendidos smartphones en particular, ofrecen, en crecimiento casi exponencial, un repertorio increíble de aplicaciones, funciones o funcionalidades maravillosas, que ya integran en ellos hasta la Realidad Aumentada (RA). Dada la enorme cantidad de funciones integradas en estos aparatos, casi resulta ridículo seguir hablando del teléfono móvil, cuando ya no es sólo el sonido el factor del que se ocupa dicho terminal (´teléfono´viene de ´tele´(distancia) y de ´fono´(sonido)), sino que lo abarca todo. Sería más realista denominarlo teletodo.

Tales instrumentos son el fruto técnico de la acelerada cuarta revolución de la información, es decir, de la digitalizaación informatizada y sus aportaciones a instrumentos para infociudadanos cuya característica primordial es la de una explosiva socialización tecnológica. Constituyen multisistemas hipermultifuncionales escondidos en cacharritos de bolsillo, a  disposición ya, como productos de consumo masivo, de miles de millones de ciudadanos (circunstancia que los hace merecedores del calificativo de “máxima estrella social infotecnológica” y todavía más si multiplicásemos esa cantidad por el número de enlaces que puede generar cada cacharrito), incluidos varios cientos de millones de usuarios de banda ancha móvil, si bien lo cierto es que una mayoría de ese ingente conjunto de usuarios utiliza un porcentaje cuantitativamente pequeño y muchas veces cualitativamente superficial de ese “todo” super-repertorio (o complejísima hipermultifuncionalidad).

Aunque hoy día las sociedades desarrolladas están ligadas de forma crecientemente intensiva a la tecnología, y por tanto sus miembros progresivamente enredados  en ella en proporciones muy distintas según su edad, renta, personalidad, modos de vida, trabajo y aficiones, podríamos preguntarnos el porqué de ese “teletodo” tan recargado, que incluye además funciones y aplicaciones tan sofisticadas, hasta el punto de que la suma de complejidades del instrumento está, en general, muy por encima de la complejidad desplegable por casi todos los usuarios corrientes, e incluso por la mayoría de los técnicos, aunque su uso práctico esté facilitado por potentes interfaces y sistemas operativos. Aplicando a estos dispositivos, que viven ya su cuarta generación, la ley cibernética de la Variedad Requerida (enlácese con la pag. 38 en pdf de este libro sobre Complejidad), podríamos deducir de tanta funcionalidad integrada en ellos cierta inconveniencia, y de paso pensar que tal vez se esté difundiendo como mensaje público tácito la necesidad de convertir al humano usuario tecnológico de estas sociedades desarrolladas en un sujeto educativo perpetuo, dedicado a aprender todas estas funcionalidades a lo largo de su vida, relegando otros conocimientos hasta ahora valorados como esenciales.

Técnicamente, vivimos en el país digital de las “maravillas”  y de ello se hacen eco contínuamente los medios generales de comunicación. Por ejemplo, durante la segunda quincena de junio se han publicado por todas partes datos del iPhone 4, además del detalle comercial de que sólo en 24 horas se pidieron para compra 600.000 unidades, con su espectacular pantalla, su nuevo Face Time, su cámara de 5 megapíxeles, su estructura física más estrecha, un sistema operativo que incluye 1.500 nuevas API (sigla en inglés de Interfaces de Programación de Aplicaciones). También hemos podido leer en el suplemento Crónica, 20 junio 2010, del diario El Mundo, un reportaje sobre los suicidios producidos por explotación laboral en la fábrica-ciudad china Foxconn, donde trabajan 420.000 empleados  para fabricar, entre “otros juguetes tecnológicos”, los iPhone (20.000 unidades diarias), iPod e  iPad. En otro periódico, éste de difusión gratuita, el ADN, se publicó el 23 de junio que “varias compañías lanzan sus ´tablets´ para arrancar cuotas de mercado a Apple”, refiriéndose como ejemplo al iPad, del que, según el periódico, se vendieron tres millones de dispositivos en 80 días. Etc., etc.

La mención del número 4 me trae a la memoria el cuatrimotor Moriniano: “término que pone en conexión las cuatro instancias ciencia-técnica-economía-industria, para designar las fuerzas que propulsan el desarrollo actual del planeta (Edgar Morin, El Método: La humanidad  de la humanidad, Ed. Cátedra, 2003, pag. 240, libro cuyo original en francés se publicó en 2001): “A comienzos del siglo XXI está claro que la tecnociencia ha devenido motora y transformadora. Aún más, la alianza ciencia-técnica se ha ampliado a la industria y la ganancia capitalista: lo que propulsa la marcha de la historia a partir de ahora es el cuatrimotor ciencia-técnica-industria-beneficio”. Leyendo a Morin, puede uno sospechar que los conocimientos involucrados en la invención, diseño y producción de toda esa hipermultifuncionalidad, asombrosos y pruebas indiscutibles de los progresos especializados en ciertos saberes, forman parte, sin saberlo sus protagonistas, de un proceso de influencia social supeditado a una “gestión” cuatrimotorizada regida por otros intereses poco o nada tecnocientíficos, sino más bien económicos y hasta políticos. Gestión no explícita, ni estructurada, pero real, que puede contribuir a generar altos niveles de infotecnocracia. Para aclarar ideas, una cuestión que deberíamos plantearle a Morin, para que nos la explicase, es si las llamadas  corporatocracias antropotécnicas  intervienen de alguna manera o forman parte de los procesos desarrollados por su cuatrimotor.

Después del 4 viene el 5, así que, sin poderlo remediar, ello me lleva a releer mi artículo de 1985 sobre la cultura informática, compuesta por cinco subculturas informáticas, ya que considero que el enorme desarrollo técnico de los terminales móviles se debe a la digitalización informatizada. Por aquel entonces postulé que la quinta subcultura  era la de informática-mito, donde el ordenador, calificado como “cerebro electrónico”, era capaz de las cosas más increíbles para bien o para mal de la humanidad, ya que existían esas dos grandes versiones extremas. Naturalmente, y salvo raras excepciones, esa subcultura era creada y difundida con mayor o menor asiduidad y garra por periodistas, novelistas, directores y guionistas de cine y de TV, autores de ciencia-ficción y ensayistas de las ciencias sociales, que se ocupaban habitual o circunstancialmente de estos temas. La informática y su brazo armado, el ordenador, adquirían así la categoría de mitos que planeaban sobre la mente de muchos humanos. La previsión era que, con el tiempo, la informática-mito desaparecería, a medida que aumentasen los procesos educativos acerca de estas materias técnicas para reforzar las subculturas  positivas y realistas y los ordenadores se convirtieran en instrumentos familiares, gracias a su progresiva socialización, en gran parte debida a la expansión de los ordenadores personales. Ahora me pregunto si esa subcultura no habrá vuelto a resucitar, aunque de una manera diferente e impulsada por un cuatrimotor Moriniano, en el área tecnosocial de los móviles teletodo ”capaces de las cosas más increíbles y maravillosas”.

Para investigar seriamente y analizar críticamente muchas de estas cuestiones sociotécnicas y sus tendencias, además de Morin, nos vendría muy bien contar con un nuevo Iván Illich, porque no debemos olvidarnos de que, como escribió Sherry Turkle en 2002, “las tecnologías no son nunca herramientas neutras, puesto que nos conducen a vernos a nosotros y a ver el mundo de forma diferente”. Por si sirviera de algo nuestra aportación de infoprofesionales a esas investigaciones y análisis sobre el binomio tecnología-sociedad, cada día más importante, ahí está ya el proyecto de fin de carrera de Francisco Rodríguez, becado por la Cátedra Orange, en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicación, de la Universidad Politécnica de Madrid, defendido por su autor ante el tribunal correspondiente el pasado 8 de julio y calificado con la nota máxima. Su título: “Estudio sociotécnico de las comunicaciones móviles: Taxonomía de la complejidad del móvil y análisis de su impacto en la sociedad en red”.

Hay blogueros y blogiarios. Un ejemplo, relacionado con mi concepto de “noomorfosis digital”

Domingo, 2 de Mayo de 2010

El pasado 28 de abril recibí por correo electrónico el siguiente mensaje de Google: Alerta web de Google para: noomorfosis digital: NOOMORFOSIS DIGITAL, LA NUEVA INTELIGENCIA DE LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO, enlace que correspondía a un post de un tal Juandon, publicado el día anterior.

Dado que me interesa todo lo que se diga o escriba referido al concepto de noomorfosis digital, concepto y término que desarrollé, propuse y publiqué el 23 de agosto de 2006 como post invitado en el blog de mi amigo el bloguero ingeniero Fumero, entré en ese post del que me alertaba Google y nada más empezar a leerlo me quedé alucinado. Para explicar brevemente la causa de mi sorpresa  transcribo a continuación un párrafo del post (las comillas las pongo yo ahora): “Revolviendo en mi propia hemeroteca de autor, observo que en 1992, cuando llamaba compujuegos a los computer games, mi opinión era la siguiente: una relación sostenida y no enfermiza con los compujuegos produce dos tipos de beneficios: a) divertirse, y b) entrenarse intelectualmente, con el objetivo de aumentar varias de las capacidades que nuestra inteligencia poliédrica necesita desplegar para vivir en un mundo cambiante”.

¿Cual ha sido la causa de mi sorpresa? Que este párrafo sin entrecomillar y prácticamente todo el texto del post, incluyendo los enlaces, donde el bloguero Juandon aparece como autor, es una copia literal (y cualquiera lo puede comprobar) de mi citado post, publicado pronto hará 4 años. Mi artículo tenía 12 enlaces y éste (algo más corto que el mío) 7 enlaces, y todos ellos menos uno, que conducía a un artículo del Sunday Times, llevaban a diversos artículos míos, empleados para articular argumentos y contextos con los que construir mi concepto de noomorfosis digital. El post de Juandon no cita en ningún momento mi nombre ni facilita enlace a mi post publicado en el blog de Fumero, por lo que cualquier lector de su post pensará que el texto es obra suya, como la “hemeroteca de autor” y sus observaciones y opiniones expuestas en el párrafo transcrito y en todos los demás. Cabría la posibilidad de que hubiera pretendido utilizar literalmente mi trabajo (algo permitido siempre que se reconozca la autoría) para exponer razonamientos propios y diferentes a los míos con los cuales mostrar la relación del concepto de noomorfosis digital con la sociedad del conocimiento, como se desprendería de su título, pero de eso no hay nada. Por tanto, creo que la única conclusión posible es que estamos ante un plagio. Aunque este post que copia el original mío  es más corto, existe otro post publicado un año antes por el mismo bloguero que, como podrá comprobar cualquier lector interesado y meticuloso, es prácticamente  una copia total de mi post de 2006, aunque en este caso no puso en el título el término “noomorfosis digital” y tampoco se refería en ninguna parte a mi hipertexto (post) de 2006. El lector que quiera comprobar que los contenidos de los 2 posts de Juandon citados constituyen un plagio puede pinchar aquí y aquí, donde encontrará sendas copias de dichos contenidos obtenida  hoy, día 2 de mayo de 2010.

Según el diccionario de la R.A.E. plagiar es “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias” y plagiario/a es la persona que plagia. Dado que estamos hablando de plagiar en un blog, quizá deberíamos emplear el término “blogiario” para designar al bloguero que plagia, como es el caso actual. Debido a que he sido plagiado en varias ocasiones y teniendo en cuenta que la infotecnología digital, con sus funciones de Copiar y Pegar facilita enormemente el plagio, esta operación, desprovista de principios éticos, me ha conducido a reaccionar escribiendo textos en revistas de papel y en mi blog, donde la he presentado irónicamente como  un ejemplo de tecnología “productiva” , puesto que con unos movimientos del dedo y del ratón hay quien se ahorra el trabajo de pensar y redactar textos y el esfuerzo creativo de verdad. El blogiario Juandon no se ha tenido que molestar ni siquiera en buscar otros artículos (por ejemplo, uno en agosto de 2008 en mi blog, titulado Noomorfosis: nace la Inteligencia Digital , que justamente trata de lo que sugiere el título de su plagio-post del 27 de abril) , capítulos de libros, o resultados complementarios publicados, como por ejemplo que Internet modifica el cerebro, o que, como titulé un artículo publicado en la revista EL Cultural, también nuestra mente se adapta al Nuevo Entorno Tecnosocial; en resumen, no hay que considerar sólo los procesos de noomorfosis, sino también los de noometamorfosis digital.

La página web del blog del plagio tiene un apartado de “propuesta” organizativa o de estilo, llamado Friendfeed que tengo que investigar a ver qué significa exactamente, por si tuviera alguna relación con el presente caso que acabo de exponer. Ahí se dice que “Friendfeed es la forma más sencilla de compartir en Internet. Friendfeed te permite descubrir e intercambiar opiniones sobre el material interesante que tus amigos encuentran en la red”. Por mi parte, puedo decir que me gustaría que de los 158.000 blogueros que parece que hay en España, según oí en una emisora de radio ayer, el porcentaje de blogiarios (que tal vez comparten, pero copiando) sea pequeño. Los blogiarios producen hipertextos internéticos que no respetan elementales principios éticos.

¿Vivimos ya en un mundo digital?

Miércoles, 3 de Marzo de 2010

(Nota: este texto es una sección de mi “Ensayo sobre cultura y tecnología en el marco del Nuevo Entorno Tecnosocial”, aún no  publicado)

Hay autores que ya dan por hecho que vivimos en un mundo digital, pero es obvio que nuestra vida cada vez más tecnificada, y no sólo por la tecnología digital, aunque sea la que está más en nuestras manos, sigue activa en un mundo físico, dentro de los entornos que Echeverría, con perspectiva evolucionista, denominaba E1 y E2. (Un ejemplo de esta vivencia en un mundo físico lo tenemos en el bloqueo del espacio para viajes aéreos en media Europa con un brutal impacto socioeconómico provocado en abril de 2010 por nubes de ceniza debidas a un volcán de Islandia, mientras sigue el auge de las nubes de informática en el ámbito de la infotecnología). Lo que procede es aprender a equilibrar nuestras acciones y relaciones en un ámbito híbrido de entornos, asumiendo que es evidente  e inevitable que se está produciendo un proceso acelerado de impregnación infotecnológica de nuestras vidas, en la que la grande y creciente complejidad de la tecnología y la todavía mayor complejidad de las relaciones humanas con ella requieren respuestas muy pensadas de índole tecnocultural, que no se están dando. Aún peor, para las que ni siquiera existe un mínimo de sensibilidad y de demanda social. Como he afirmado anteriormente, pienso que una amplia mayoría de los humanos de sociedades económicamente desarrolladas no está preparada para usar con criterio ni eficacia la descomunal funcionalidad de la tecnología que pasa por nuestras manos, ni para comprender el Nuevo Entorno Tecnosocial y mucho menos para gestionarlo convenientemente y extraer lo mejor de sus extraordinarias oportunidades informativas, de comunicación, artísticas, científicas, de entretenimiento, sanitarias y operativas de múltiples clases. De todo eso trata la segunda parte de este ensayo, cuyo objetivo teórico es el de proponer unas bases conceptuales para pasar a la acción en ese sentido.

Ya en 1999, en un artículo titulado La conexión ciberespacial, me permití reseñar que, “para mí, la Era Digital sólo representa una frontera técnica. Que con ella sobrevenga la sociedad digital (entonces no me referí al mundo digital), o el Homo Digitalis, como algunos dicen, es una cuestión de adaptación social, cultural y antropológica, y es seguro que esa evolución será más lenta, compleja y tal vez dolorosa que la de la tecnología. La velocidad electróncia ha abolido la distancia física, pero no la distancia cultural”.

En un reciente artículo me he permitido aclarar el concepto anteriormente citado de digitalidad social , que algunos parecen confundir con la idea de que vivimos o viviremos plenamente en un mundo digital. La digitalización social debe entenderse como el proceso de interiorización personal y de coherencia social de las funcionalidades y efectos múltiples, directos, secundarios y hasta ocultos de esta tecnología. Su socialización, cuyo resultado es la Sociedad de la Información, es un factor engañoso de progreso, si no está dirigido por una cultura madura de la tecnología, a la que estamos aquí denominando socioinfotecnocultura y que representa un objetivo educativo por el que luchar. Si hablásemos de digitalidad mental, eso tampoco significaría que nuestro cerebro hubiera adquirido una estructura de sistema digital, sino que sus redes neuronales se han adaptado a operar en una forma coherente con la funcionalidad lógica característica de los instrumentos informáticos.

Al respecto de la mención a esta “cultura madura de la tecnología” recordemos algunos conceptos para reforzar las próximas propuestas. En primer lugar, la tecnología, en general, es la obra maestra de la Humanidad, pero no todos sus desarrollos son beneficiosos y los que potencialmente pueden serlo, como es el caso de la infotecnología, lo son o no lo son, o lo son en mayor o menor medida dependiendo de su uso, algo que, dada su complejidad, encierra todas las  posibilidades. Inventar tecnología no es algo precisamente fácil, pero aplicarla sensatamente para mejorar el bienestar de los humanos, sin menoscabo de su dignidad ni deterioro de su entorno, resulta infinitamente más complicado (véase capítulo sobre Complejidad en mi libro “Más allá de Internet: la Red Universal Digital”).

En una nota de este ensayo se dijo que la infotecnología puede verse en cierta forma como análoga a los fármacos, a fin de cuentas productos tecnocientíficos, elaborados “para prevenir, curar o aliviar enfermedades y para corregir o reparar las secuelas de éstas” (DRAE), pero potencialmente generadores de posibles efectos secundarios patológicos en determinadas circunstancias. Conviene matizar que tal metáfora como analogía es una tanto simplista, porque la gran diferencia entre un fármaco y un artefacto o aplicación infotecnológica reside en que  el medicamento es de aplicación sobre el organismo del propio individuo usuario, mientras que los infoinstrumentos (refiriéndonos no sólo a la infotecnología en general y no sólo a las TVIC) con casi siempre sociales e individuales, y muchos de ellos , por sus objetivos y aplicación, más sociales que individuales (aunque con impacto individual), como se desprende del histórico proceso coevolutivo humanidad-tecnología. De ahí la necesidad, anteiormente expuesta, de promover en los ciudadanos una actitud en principio favorable a los progresos infotecnológicos, pero encauzada por una mentalidad “abierta, positiva, crítica, activa y responsable”.

Y, por supuesto, y ésta es la tesis final de este ensayo, desarrollar educativamente los conocimientos y modelos socioinfotecnoculturales para nutrir esa actitud y orientar con la mayor profundidad posible a los infoprofesionales y en un grado razonable a los infociudadanos hacia usos positivos desde puntos de vista humanos y sociales.